Vacunas, Obligatorias?? – INVERSIÓN DINÁMICA

Noticias 07-12-2021 8:10 AM

Esta es una polémica que está en cada uno de los ámbitos de nuestra sociedad, y últimamente acentuada en las redes sociales sobre la vacuna covid.

Muchas veces ante una serie de propuestas tecnológicas, medicas, etc. se analizan desde el punto de vista de avance para la sociedad, pero también desde el punto de vista ético. Y desde ese último punto, ¿Sería ético obligar a una persona a inocularse en su cuerpo una sustancia que no le garantiza la inmunidad?

En nuestro país existen una variedad de vacunas contra algunas enfermedades, sobre todo diseñadas para que los niños se inmunicen contra ellas, y aunque no son obligatorias si que son muy recomendadas. También las hay para adultos.

Desde hace un tiempo, hay ciertas vacunas infantiles que no son cubiertas por la seguridad social, es decir, no se consideran obligatorias. La función principal de la vacuna es protegernos de un cierto virus. A través de la inyección débil del virus, tomamos un primer contacto con él y desarrollamos anticuerpos para derrotar a la enfermedad en caso de contagio. Para que los niños pequeños se mantengan sanos, es necesario estar al día con el calendario de vacunas.

Entre las vacunas para niños están:

Hepatitis B: enfermedad que afecta al hígado y puede causar cáncer en el 25% de los niños con esta enfermedad. Su administración se realiza en tres dosis.

Polio: muy parecida a la gripe pero la diferencia es que puede producir parálisis en brazos y piernas. Se compone de cuatro dosis y debe ser administrada en diferentes meses después del nacimiento.

Difteria: los bebés afectados tienen la una lámina espesa en la garganta y puede tener problemas para respirar. En los casos más extremos, pueden padecer problemas cardiacos. Su aplicación se realiza en seis dosis.

Neumococo: Protege a los bebés de enfermedades pneumocócicas, estas infecciones producen meningitis, otitis, infecciones de sangre y neumonía. Se recomienda varios recordatorios a partir de los 12 meses y su dosis cuesta unos 80 euros.

Otras de las que se recomiendan son la “haemophilus inflenzae tipo b”, la de la Tos ferina que impide la ingesta de alimentos líquidos y sólidos. También la del tétanos, la de la enfermedad neumocócica y la vacuna triple vírica.

Existen otras que los médicos recomiendan. La pega es que este tipo de vacunas son de pagos por lo que muchos padres no pueden permitírselo. Es la familia la que decide vacunar o no al niño aunque, en algunas comunidades autónomas el médico recomienda su inyección. Estas son las principales:

Rotavirus: genera problemas gastrointestinales. Si contrae esta enfermedad, el niño puede pasar una larga temporada a suero en el hospital. Su dosis son tres y cada una cuesta entorno a los 70 euros.

Varicela: La primera dosis es al primer año y la segunda a los dos o tres años. Su dosis también ronda los 70 euros.

Meningitis B: Esta vacuna puede constituir la mejor medida preventiva frente a la infección meningocócica invasora por el serogrupo B, una enfermedad poco frecuente, pero devastadora, que se acompaña de una letalidad uniforme del 10% y de entre un 10% y un 30% de secuelas permanentes.

Para adultos, las más corrientes son el tétanos, la gripe y las que se inyectan cuando se va a viajar a algún país con peligro de infección.

Una cualidad que engloba a la mayoría de ellas es que son un 99,99% efectivas y las enfermedades de las que protegen rara vez se manifiestan en personas ya vacunadas. Actualmente hay dos excepciones, la primera la vacuna de la gripe para personas mayores, que por un lado no exime de que aún estando vacunado puedas pasarla, aunque con menos síntomas.

Pero que resulta que a muchos de los vacunados el efecto secundario al ponerse la vacuna es una gripe peor de la que podían “agarrar” en años anteriores.

Y claro está la otra vacuna que es un excepción de seguridad es la del covid, ya que no te asegura que puedas infectarte, ni tampoco te asegura que estando vacunado y te infectes, los síntomas sean más leves. Sigue habiendo noticias de infectados estando vacunados y que tienen que ser hospitalizados.

Y por lo tanto cabe en este punto repetir la pregunta del principio:

¿Sería ético obligar a una persona a inocularse en su cuerpo una sustancia que no le garantiza la inmunidad?

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