Noticias 23-06-2023
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¿Qué es spam?
SPAM (Sending and Posting Advertisement in Mass) son mensajes enviados a una gran cantidad de personas que no los han solicitado. Es decir, hacer publicidad de manera masiva.
En general, la publicidad es el tipo más conocido de spam y el email es la forma más común de enviarlo. Pero esta práctica no se produce apenas en el entorno comercial.
Los mensajes en cadena que inducen al usuario a reenviarlos, los rumores, las leyendas urbanas, los programas maliciosos diseñados para robar datos personales o financieros, las estafas y la pornografía también se consideran spam.
¿Y por qué esta práctica es tan inapropiada cuando hablamos de marketing?
El mayor problema de estos mensajes no deseados es que afectan la relación entre el consumidor y la marca.
El spam, correo basura o correo no deseado, le genera un problema al usuario cuando, por ejemplo, recibe muchos mensajes no solicitados en su bandeja de entrada.
Aunque hoy en día hay herramientas antispam que desvían ese contenido de la bandeja de entrada, algunos mensajes pueden confundirse, perjudicando el acceso a informaciones que sí son importantes.
Así, para generar buenas experiencias, es necesario evitar el spam en cualquier canal de comunicación con el público.
Tipos de Spam
1. Spam en email marketing
La línea que separa el spam del email marketing es fina, ya que ambos tipos de mensajes tienen objetivos comerciales. Sin embargo, una persona puede considerar un email como no deseado, al mismo tiempo que otra lo recibe con gusto.
Cuando un usuario se encuentra con emails no solicitados de una empresa, puede marcarlos como spam. En ese caso, aumentan las probabilidades de que el servidor de la compañía se incluya en una lista de remitentes indeseados y que todos los proveedores de email empiecen a considerar sus mensajes como spam.
Por eso, la principal diferencia entre email marketing y spam es que con el primero se envía información apenas a quienes hayan solicitado o autorizado su recibimiento.
2. Spam en blogs
¿Ya has visto comentarios irrelevantes o totalmente fuera de lugar en blogs o foros de discusión? Su objetivo es atraer tráfico de manera fácil y rápida, y sí, esto también es spam.
Por suerte, existen recursos para evitar el spam en los blogs, como la etiqueta nofollow que puede añadirse en estos espacios para indicar a los motores de búsqueda que no deben indexarse los links de los comentarios.
3. Spam en redes sociales
Las redes sociales también son un escenario perfecto para practicar spam. En este caso, aparece en comentarios, publicaciones en grupos y comunidades, mensajes privados, perfiles falsos, links maliciosos, entre otros.
Muchas veces, la persona o empresa spammer aprovecha el interés común de los miembros de un grupo para divulgar productos y servicios relacionados. Ya en comentarios de publicaciones, puede dejar hasta links irrelevantes y sin conexión alguna con el contenido que se está compartiendo.
Una de las formas de evitar el spam en las redes sociales, es denunciar contenidos y usuarios considerados no deseados.
4. Spam telefónico
Sin duda, esta es una de las prácticas más inapropiadas y molestas del marketing. La cosa ha llegado a tal punto que, para evitar llamadas spam, las personas dejan de atender a cualquier número que no está en su lista de contactos.
Por suerte, existen algunas soluciones y ya se pueden denunciar o bloquear números telefónicos, contribuyendo a identificarlos como spam cuando se intenta establecer comunicación con otras personas.
La historia del spam
Ahora ya sabemos que el spam es una práctica no aconsejada que consiste en enviar mensajes no deseados masivos y constantes. Pero, ¿tienes idea de cómo empezó?
Hay varios rumores acerca de la historia de la aparición del spam, pero la más aceptada se relaciona con el grupo de comedia británico “Monty Python”.
La historia fue así: algunos integrantes del grupo fueron a un restaurante para hacer un sketch en el que, vestidos de vikingos, servían a una pareja.
En aquella época, existía una marca de jamón picante que se comercializaba enlatado. En la escena, ese jamón se servía en todos los platos y los clientes terminaban comiéndolo, incluso quienes no lo habían pedido. De allí surgió el nombre SPAM, Spiced Ham, (jamón picante).
Así, los cómicos repetían la palabra SPAM en referencia al jamón, inquietando e incomodando a quienes estaban a su alrededor.
Por otro lado, en marzo de 1994, dos abogados que participaban en un grupo de discusión de su área, dejaron un mensaje automático y aleatorio en varios otros foros.
La cantidad de mensajes enviados al mismo tiempo puso en juego el rendimiento de la red y, durante las discusiones acaloradas sobre la actitud de los abogados, algunas personas recordaron la escena del grupo de cómicos que fue transmitida en programas de televisión e incluso películas.
Así, se asociaron los mensajes indeseados en los foros a los problemas generados por la repetición de la palabra spam en el restaurante y, a partir de allí, a todo lo enviado en grandes cantidades, sin el consentimiento del destinatario, se le llamó spam.
¿Cómo identificar el spam?
Para evitar el spam, primero es necesario saber identificar lo que realmente es spam. Por ello, muchos proveedores y empresas fabricantes de software y hardware proporcionan servicios de prevención y protección contra esta práctica.
Conocidas como filtros antispam, estas herramientas tienen como función impedir la entrada de mensajes inapropiados. Sin embargo, y a pesar de su eficiencia, a veces también pueden clasificar mensajes legítimos como falsos.
De tal manera, es necesario verificar periódicamente la carpeta spam para asegurarse de que ninguna información importante fue a parar allí.
Además, es posible reconocer algunas de las características que pueden servir de alerta para evitar el spam:
Remitentes que no conoces y a los que no le has pasado tu información de contacto.
Emails que no esperabas recibir, sobre todo de asuntos que no estén relacionados con los que te interesan.
Ofertas de productos que prometen milagros, y en poco tiempo.
Anuncios con ventajas excesivas.
Noticias sensacionalistas o fake news.
Boletines de noticias de cualquier sitio que nunca hayas visitado.
Emails con títulos confusos que parecen establecer una conversación contigo. Por ejemplo: “Hola, ¿te acuerdas de mí?”.
Mensajes con links para que hagas clic si quieres recibir un regalo.
Textos con advertencias de que dicho mensaje no es spam (los mensajes legítimos no necesitan decir que no son falsos).
¿Cómo evitar el spam?
A veces, puede parecer imposible evitar los correos no deseados. ¡Pero no todo está perdido! Existen algunas precauciones que te ayudarán a evitar el spam protegerte de este tipo de contenido:
1. Actualiza tu antivirus
Es importante que tengas un antivirus que pueda bloquear posibles ataques a tus datos personales. De cualquier forma, tener esa herramienta instalada, de por sí sola, no hará que tu información esté realmente protegida.
Por eso, actualiza tu software de protección cuando sea necesario y utiliza el antivirus periódicamente en tu computadora de trabajo, en la de uso personal, y también en tu smartphone.
Si observas comportamientos inusuales en tu ordenador o dispositivos móviles, recuerda hacer el rastreo de virus. Y si todavía tienes problemas, instala nuevamente todo el sistema operativo.
2. No informes tus datos personales
Datos tales como email, dirección, teléfono o información bancaria son confidenciales. Por lo tanto, no debes informarlos en páginas sospechosas.
Por lo general, no es fácil saber cuando un equipo está infectado. La mayoría de la gente únicamente se entera cuando la máquina se pone lenta o tiene problemas de conexión.
En el caso de las informaciones bancarias, el peligro está en las transacciones no autorizadas que se pueden realizar. Cuando eso ocurre, el usuario puede sufrir pérdidas financieras muy elevadas. Por ejemplo, transferencias de dinero o compras.
3. Evita compartir cadenas de mensajes
No compartas mensajes a menos que sepas que su información es confiable. Las cadenas de mensajes suelen utilizarse para captar direcciones de email y enviar spam sin el consentimiento de los usuarios.
4. Evita el spam com herramientas
El antispam es esencial, ya que dirige los mensajes sospechosos a una carpeta de correo no deseado fuera de tu bandeja de entrada. Así que, si no tienes esta herramienta instalada en tu ordenador, trata de usar los recursos ofrecidos por los proveedores de acceso.
5. Separa tus emails por categorías
Si es posible, ten más de una cuenta y separa los contenidos por categorías. Por ejemplo, puedes crear un email solo para la suscripción de listas y la recepción de promociones. De ese modo vas a evitar el spam en tu email personal o de negocios.
6. No creas en todas las promociones
Evita hacer clic en elementos emergentes (pop-ups) y botones que lleven a regalos extraordinarios. Siempre es importante comprobar si los regalos son reales y si el sitio que los ofrece es fiable.
Varias instituciones ya tienen en sus páginas informaciones que confirman o no el envío de regalos, promociones y descuentos. Así, debes analizar los mensajes que recibes antes de hacer clic en ellos.
¿Cómo evitar hacer spam?
Si tienes un negocio online, nunca hagas spam. Al enviar mensajes no solicitados, los usuarios podrán denunciar tu página. Un ejemplo es Facebook, en donde las páginas denunciadas pueden ser suspendidas y hasta excluidas de la red.
Por otro lado, si envías emails hablando sobre tus productos o servicios a quienes no te conocen o no están buscando la solución que tienes, puede producirse un efecto contrario: que las personas no quieran saber nada sobre tu marca.
Pero, ¿es posible promocionar un producto en Internet sin hacer spam?
¡Sí! Y el email marketing es la prueba de ello.
1. Envía emails solo a quienes les interesa lo que ofreces
Como hemos explicado, muchos usuarios marcan como spam los mensajes que reciben sin su consentimiento. Por eso, envía emails apenas a las personas que hayan demostrado tener interés en recibir tus contenidos y ofertas.
Pregúntale a la persona si quiere formar parte de tu lista de contactos para recibir contenidos, ofertas o comunicados.
Una forma de hacerlo es ofreciendo formularios de registro en los principales canales de tu negocio, como sitio web o redes sociales.
Además de evitar que tu servidor de email entre en alguna blacklist, aumentas el engagement de los usuarios con el contenido.
2. Divulga contenidos útiles
No existe nada peor que aceptar recibir contenidos y mensajes de una marca y que, al poco tiempo, te lleguen decenas de ofertas que no tienen nada que ver con lo que buscas.
Si ya tienes una lista de contactos de tus clientes, asegúrate de que el mensaje realmente sea útil para ese grupo de personas.
Te recomendamos que crees flujos de nutrición y campañas de email segmentadas, para obtener mejores tasas de apertura y engagement.
3. Sigue las reglas de buena conducta en Internet
La web no es tierra de nadie, donde vale todo para llamar la atención y conquistar consumidores. Por el contrario, existen diversas normas de comportamiento online que tienes que cumplir para evitar que tu comunicación sea considerada como spam.
Un ejemplo es llenar adecuadamente el campo “asunto” del email. Así, describes con veracidad el contenido de tu mensaje y los usuarios tendrán la opción de no abrirlo si no les interesa el tema.
4. Nunca compres listas de emails
Quienes están empezando el marketing digital pueden caer en la tentación de comprar listas de contactos para tener acceso a miles de emails sin tener que trabajar para captarlos uno por uno.
¿Quién sabe, a alguno que otro no le interesa tu negocio?
¡ERROR!
Comprar listas de emails es una de las peores prácticas digitales, por estos motivos:
Los destinatarios son personas que no conocen tu marca ni han demostrado interés en tus productos;
Las listas pueden contener emails falsos o en desuso, lo que disminuye la tasa de entregabilidad de tus mensajes;
Al percibir que están recibiendo mensajes no solicitados, muchas personas van a marcar tu contenido como spam (y ya sabes qué pasa en estos casos).
Por eso, aunque te dé mucho más trabajo crear una lista de a poco, con emails de personas reales que de verdad quieren conocer tu negocio, vas sobre seguro y siempre va a ser la mejor opción.
5. Evita anuncios engañosos
¿Ya has oído hablar de clickbait? Es una práctica muy perjudicial que consiste en usar títulos sensacionalistas o milagrosos para conseguir el clic de los usuarios.
Son frases que generan curiosidad, como “no vas a poder creer lo que pasó”, sin dejar explícito de qué se trata el mensaje, a menos que hagas clic en un link para descubrirlo.
Como la gran mayoría de estos contenidos suelen ser fraudulentos o maliciosos, los proveedores de email han desarrollado sistemas capaces de identificarlos o bloquearlos automáticamente.
Si no quieres que tus emails sean marcados como spam, deja en claro qué tipo de contenido estás enviando. Crea títulos explicativos y entrega todo lo que prometes.
6. Limpia tu lista de emails
Aunque tu lista de emails sea orgánica, debes limpiarla de vez en cuando para evitar que tus mensajes se confundan con spam. El objetivo es eliminar los correos no válidos o que ya no sean relevantes para las campañas de tu marca.
Cuando envías emails constantemente a direcciones que no existen o que están inactivas desde hace mucho tiempo, los servidores entienden que tu lista de contactos no tiene calidad y el contenido puede caer en los filtros antispam.
Además de evitar que tus mensajes se confundan con contenido malicioso, la higienización garantiza que tu lista contenga apenas contactos con engagement con tu marca.
7. Ofrece la opción de salir de la lista de contactos
A diferencia de otros canales de comunicación que invaden la privacidad de los usuarios, el email marketing permite enviar contenidos apenas a quienes realmente quieren recibirlos.
Puede pasar que una persona acepte tu contenido, pero después pierda el interés. Y en ese caso es muy importante que dejes a su disposición un botón o link para que tenga la opción de cancelar la suscripción a tu lista.
¡Es mucho mejor que se den de baja a que te indiquen como spam!
8. No hagas el primer contacto por email
Muchas empresas terminan usando el email como canal para establecer el primer contacto con los posibles clientes, práctica conocida como cold mailing. Pero, la verdad es que no es tan recomendable.
Aunque un usuario pueda simplemente ignorar tu mensaje, es posible que termine marcándolo como spam.
Por eso, espera a que primero te dé su contacto para después enviarle los mensajes que quiera recibir. Así, garantizas el engagement en tus campañas de email marketing.
Consecuencias del spam
Además de ser un inconveniente para el usuario, hay algunos problemas causados por el spam que se deben tener en cuenta para evitar esta práctica.
Derroche de tiempo: el usuario gasta mucho tiempo para eliminar spam.
Reducción de la productividad: si tienen muchos correos no deseados, quienes usan el email como herramienta de trabajo, van a perder tiempo para llegar a los mensajes importantes.
Pérdida de emails relevantes o con archivos adjuntos: si la bandeja de entrada está llena de spam, es posible que el usuario no visualice algunos emails.
Fraudes financieros: algunos mensajes tienen enlaces que instalan programas de fraudes o inducen a las personas a dejar datos en sitios web clonados de instituciones financieras.
Mensajes perdidos: debido a la gran cantidad de emails no deseados, puede que algunos mensajes importantes pasen desapercibido.
Recepción de contenido inapropiado: es posible que recibas mensajes inapropiados u ofensivos.
Evitar el spam es dar un paso hacia el éxito
Ha quedado más claro que al agua que evitar el spam en cualquier estrategia de marketing es algo fundamental. Además de ser molesto, es pésimo para la reputación y el engagement de un negocio.
Para evitar que tus emails caigan en el filtro antispam es importante actuar siguiendo las buenas prácticas en Internet y mantener contacto solo con aquellos usuarios que quieran hacerlo.
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