Noticias 28-12-2022
Las Sociedades Anónimas y las Sociedades Limitadas son dos de las asociaciones mercantiles más comunes en nuestro país.
Por esta razón, conocer las diferencias entre SA y SL es un punto importante a la hora de crear una empresa, pues es probable que se adopte alguna de estas dos formas jurídicas. De esta manera, la elección de una u otra determinará el procedimiento legal para iniciar el negocio, e incluso buena parte de su funcionamiento.
Contenido
Aspectos clave que diferencian una SA y una SL
Al repasar la legislación sobre sociedades de capital encontramos claras diferencias entre una SA y una SL, que van desde la denominación social hasta el derecho a voto. Resumimos las más relevantes para tenerlas en cuenta antes de la puesta en marcha de la empresa.
Capital
El importe mínimo para consolidar una SL es de 3.000 €, que deben aportarse íntegramente en el momento de la constitución. En cuanto al capital de una SA, este tiene que ser igual o mayor a 60.000 €, aunque solo es necesario una aportación inicial del 25%. En ambos casos puede ser dinero en efectivo o en especie, entre las que se encuentran acciones, equipos y mobiliario. Sin embargo, cuando se trata de sociedades anónimas, este valor debe ser determinado por un experto ajeno al negocio, mientras que en las limitadas basta con un acuerdo entre los socios.
División del capital
Las SA dividen su capital en acciones que se pueden comprar y vender sin notificación a la junta directiva. Esta libertad permite que cualquier persona, con independencia de si guarda relación directa con los socios, pueda ser partícipe.
En el caso de las SL no se emiten acciones sino participaciones sociales, que no son fácilmente transferibles, pues están sujetas a restricciones legales y aprobación de la junta. Además, para los casos en los que aplica una transmisión, los socios actuales tendrán preferencia de compra.
Emisiones
Las SA disfrutan de la posibilidad de cotizar en bolsa, lo que tiene el potencial de convertirse en una fuente de financiación. Esto no sucede con las SL, que solo pueden obtener inyecciones de capital a través de sus socios, de emisiones de obligaciones o préstamos de terceros. Eso sí, dichas obligaciones no implicarán participaciones sociales bajo ninguna circunstancia.
Administración
En ambos casos correrá por cuenta de un administrador u órgano de administración designado por los socios en la junta general. Sin embargo, en las SL esta tarea se puede llevar a cabo de forma indefinida por la misma figura, mientras que en las SA está limitada a un máximo de seis años, prorrogables por un nuevo periodo de igual duración a través de una elección.
Consideraciones para decidir una forma jurídica entre SA y SL
Antes de escoger entre iniciar una Sociedad Anónima o una Sociedad Limitada, ten en cuenta los siguientes puntos:
Capital de la empresa:
Quizás sea el factor más determinante, pues la diferencia entre los importes necesarios para dar pie a una u otra es de más de 50. 000 €.
Proyecciones de expansión:
Si tienes en mente arrancar un negocio pequeño o de alcance local, una SL te puede funcionar muy bien, pero se quedaría corta para proyectos más ambiciosos o con miras de crecimiento a largo plazo.
Requerimientos de inversión:
El acceso al crédito y otras formas de financiación suele ser más flexible en las SA, pues se considera una base más sólida, tanto en lo financiero como en la gestión. Esto es crucial cuando se prevé la necesidad de inyecciones monetarias. Además, la posibilidad de obtener capital por medio de la bolsa supone una ventaja importante.
Actividad del negocio:
Hay ciertos sectores que están reservados por ley para las SA como el de la banca, seguros y fondos de pensiones, por lo que tendrás que evaluar si tu idea se enmarca dentro de estas categorías.
Conocer las diferencias entre SA y SL es clave para cualquiera que busca iniciar un proyecto empresarial o hacerlo crecer. Al tener claras las características, ventajas y limitaciones de cada una es más fácil tomar una decisión acertada y elegir la figura jurídica que mejor se adapte a la naturaleza del negocio.
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