Uno de los indicadores financieros más utilizados para determinar la rentabilidad de una empresa es el conocido como ROA, por sus siglas en inglés Return On Assets, que se traduce en español como la rentabilidad sobre el activo. Se trata de la relación entre el beneficio total obtenido por la empresa antes de intereses e impuestos en relación al valor medio de su activo en dos balances consecutivos. Matemáticamente:
ROA = (Beneficio antes de intereses e impuestos / Valor total del activo) x 100 %
El ROA se utiliza para medir la eficiencia de los activos totales de la empresa con independencia de las fuentes de financiación utilizadas y de la carga fiscal del país donde la sociedad ejerce su actividad principal. Dicho de otro modo, trata de medir la capacidad de los activos de la empresa para generar beneficios por ellos mismos.
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El ROA varía entre diferentes industrias
Normalmente, un buen ROA es aquel cuyo valor es superior al 5%, aunque este valor puede variar en función de la industria analizada. No será lo mismo una compañía perteneciente a una industria metalúrgica que un restaurante en medio de la gran ciudad.
Esto es así debido a la inversión inicial requerida para poner en marcha el negocio. Empresas que requieren una inversión mayor también tendrán retornos de inversión menores porque el denominador (el valor total del activo) será elevado. Del mismo modo, en una empresa de servicios más intensiva en factor trabajo que capital, el ROA puede ser más elevado pese a que el beneficio neto pueda ser menor por el menor valor del numerador, es decir, del activo.
El ROA facilita la comparación entre empresas
El hecho de utilizar el beneficio antes de intereses e impuestos en lugar del beneficio neto responde a la necesidad de calibrar la capacidad de generación de renta de un activo independientemente del país donde opere y en la forma en que esté financiado.
Así, por ejemplo, una empresa que se haya endeudado para financiar sus máquinas en un país con una alta carga fiscal tendrá el mismo ROA que otro país con una carga fiscal más baja y que haya utilizado recursos propios para su financiación. De este modo, se facilita la comparación entre empresas del mismo sector, aunque operen en países diferentes.
Cómo se interpreta
El ROA permite indicar qué puede hacer una empresa con los activos que posee; es decir, cuánta rentabilidad proporciona cada euro invertido en la misma. Por ejemplo, una empresa que tenga un ROA del 10% significa que 1 euro invertido en la empresa para adquirir nuevas inversiones genera 10 céntimos de euro de beneficio.
El objetivo del departamento financiero de cualquier empresa es mejorar la rentabilidad de la empresa, especialmente en función de las inversiones realizadas. De hecho, esta es la verdadera razón de ser de cada uno de los activos de la empresa: la capacidad de generar un flujo de ingresos suficiente como para lograr los objetivos de la empresa.
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