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Qué es promediar a la baja
Promediar a la baja es una estrategia de inversión que consiste en ampliar una posición a medida que el precio de un activo, por ejemplo una acción, cae. En este sentido, a base de comprar cuando el precio baja, también baja el precio promedio que hemos pagado por aquellas acciones.
Veámoslo con un ejemplo: compramos 100 acciones de XX cuando cotizan a 5€, creyendo que están infravaloradas y subirán a 7€ en el futuro. Cuando el precio cae a 4€, compramos 100 más. Si el precio luego cae a 3€, compramos 100 más. Y pongamos que el precio sigue a la baja y llega a los 2€, cuando compramos 100 acciones más.
En tal escenario habremos comprado un total de 400 acciones. Nos habremos gastado un total de 1.400€. Con lo que el precio promedio que habremos pagado por acción es de 2,80€. Date cuenta de que el precio promedio ha ido bajando a medida que hemos comprado las acciones más baratas.
La lógica de promediar a la baja es que, si la acción era atractiva a 5€, será mucho más atractiva si cotiza a 4€. Por lo que tiene sentido ampliar nuestra posición si la cotización cae.
El objetivo real es que la cotización suba y llegue a un nivel que consideremos adecuado para vender. En nuestro ejemplo, ese nivel sería de 7€ por acción. Por lo que las acciones a 4€ (o incluso a 2€) tienen mayor potencial de beneficios que a 5€.
Aunque la gente suele promediar a la baja con acciones, realmente es una estrategia que puede hacerse con cualquier tipo de activo. De hecho, más abajo hablaremos sobre los activos con los que podemos promediar a la baja, y con los que no deberíamos hacerlo. Y veremos por qué promediar a la baja con acciones individuales no suele ser una buena idea.
Por qué es peligroso
Promediar a la baja es una de las cosas más peligrosas que podemos hacer a la hora de invertir. Sobretodo si no somos conscientes de lo que hacemos y los riesgos que conlleva.
La lógica de promediar a la baja es que estamos tan seguros de que la cotización de un activo va a subir en el futuro, que estamos dispuestos a meter más dinero incluso cuando los resultados han sido malos hasta ahora.
Esa convicción de que el precio subirá en el futuro debe estar basada en un análisis sólido. No puede ser simplemente por haber mirado un gráfico histórico. O, peor aún, porque nuestras emociones se apoderan de nosotros y no podemos tolerar ver una posición en pérdidas en nuestra cartera. Desafortunadamente, esto ocurre más a menudo de lo que pensamos.
Así que ya puedes imaginarte por qué promediar a la baja es tan peligroso: porque existe el riesgo de que esa cotización no se recupere nunca más. Y en tal escenario, da igual cuánto tiempo estemos dispuestos a esperar: nunca vamos a recuperar esas pérdidas.
O, incluso aunque consigamos recuperar lo perdido anteriormente, vamos a perder la oportunidad de invertir en otro sitio durante ese tiempo y conseguir mejores rendimientos.
Con qué activos no deberías promediar a la baja
Ya hemos analizado cuál es el principal riesgo de promediar a la baja: que la cotización no vuelva a subir nunca más. Y a la hora de invertir debemos ser conscientes de que eso puede pasar.
Sé que se suele decir que la bolsa siempre sube a largo plazo, pero eso es una falacia. Analicemos por qué:
En primer lugar, la bolsa que siempre ha subido a largo plazo ha sido la de Estados Unidos, potencia mundial a lo largo del siglo 20. Pero incluso allí la bolsa ha llegado a perder más del 80% de su valor. Y se han tardado más de 3 décadas en recuperar el valor inicial de la inversión si tenemos en cuenta la inflación.
En otros países, muchos de ellos punteros, han ocurrido cosas similares. La bolsa de Japón cotiza en 2021 por debajo de su valor de 1989. Muchas bolsas europeas, incluyendo la de España, cotizan por debajo de su valor en 2007. Y también ha habido épocas horribles para el oro y las commodities.
Ya ves por donde voy: las ganancias no están garantizadas. En segundo lugar porque, aunque eventualmente se haya recuperado el valor de la inversión inicial, debemos tener en cuenta el coste de oportunidad. Imagínate estar donde estábamos hace 10 años cuando multitud de cosas han subido muchísimo.
Por estos motivos podemos afirmar que, en general, y repito lo de en general, no deberíamos promediar a la baja con aquellas cosas que tuvieran un riesgo significativo de no recuperarse nunca más.
Así pues, el riesgo de que XXX no recupere su valor de 2007 nunca más es mayor que el de la banca europea sufriendo un destino similar. Y el riesgo de la banca europea es mayor que el de todo el mercado bursátil europeo. Y el riesgo de la bolsa europea es mayor que el de la bolsa mundial.
Por este motivo, cuanto más específica o “micro” sea tu apuesta, mayor es el riesgo que conlleva promediar a la baja.
Con qué activos puedes promediar a la baja
Ahora podemos hablar sobre aquellos activos con los que promediar a la baja tiene menos riesgo. Sé consciente de que digo que tienen menos riesgo, no que no haya riesgo.
A fin de cuentas, recuerda lo que he dicho en el apartado anterior: incluso el S&P 500 norteamericano, el oro, el petróleo o la bolsa china, han tenido mercados bajistas de 10 o 20 años.
Sin embargo, sí que podemos afirmar que aquellos activos que tengan un componente más “macro” conllevan menos riesgo a la hora de promediar a la baja. Esto se debe a que suelen tener un rol concreto en la economía mundial, por lo que probablemente lo acaben recuperando tarde o temprano.
Por ejemplo, a la hora de promediar a la baja en el mercado bursátil, lo más seguro sería hacerlo con un índice mundial como el MSCI World (compuesto por todos los países desarrollados), el MSCI Emerging Markets (compuesto por los países emergentes), o el MSCI ACWI (que engloba tanto al MSCI World como al MSCI Emerging Markets).
De la misma forma, otros activos “macro” podrían ser el oro, las commodities en general, o el mercado inmobiliario mundial.
Date cuenta de que, si lo piensas, el riesgo de promediar con la plata es mayor que con el oro. El del petróleo es mayor que el de las commodities en general. Y el del mercado inmobiliario español mayor que el del mercado inmobiliario mundial.
Pregúntate lo siguiente: ¿qué riesgo existe de que la cotización no se recupere nunca, o tarde un par de décadas en hacerlo?
Otro factor importante: la diversificación
Por último, debemos mencionar la importancia que tiene la diversificación en nuestra cartera a la hora de promediar a la baja. De hecho, cuanto mayor sea el grado de diversificación que tengamos, más factible es promediar a la baja con activos más “micro”.
Si tu cartera tiene acciones (o fondos) de todo el mundo, oro, commodities, cryptos, cash, bonos e inmuebles, te puedes permitir ciertos “riesgos”. Si hay una acción que representa el 1% de tu cartera, su cotización sigue cayendo, y tú estás convencido de que subirá, no hay problema en que promedies a la baja.
Por el contrario, si tu cartera está compuesta por 5 acciones solamente, empezar a promediar a la baja puede acabar muy mal. No tiene por qué ser así. Te puede salir bien la jugada. Pero operar de esta forma a largo plazo suele tener consecuencias nefastas.
Lo importante es ser capaz de controlar tus emociones. Pregúntate siempre qué propósito sirve un activo en tu cartera. Da igual que sea un activo micro (como una acción) o macro (como un ETF del S&P 500 o de oro). ¿Qué rol cumple ese activo en tu cartera?
Los activos se pueden comprar y vender en cualquier momento. Si has metido 1.000€ en una empresa y la cotización está en 800€, plantéate lo siguiente: ¿Si tuviera los 800€ en cash ahora mismo, compraría estas acciones? Si es que sí, mantén las acciones. Si es que no, vende. Y si estás convencido de que deberías ampliar la posición y puedes aguantar el riesgo adicional, pues promedia a la baja.
Conclusión
Promediar a la baja no es algo que deba hacerse a la ligera. Pero tampoco significa que nunca debas hacerlo. Hay situaciones en las que llevarlo a cabo puede ser muy beneficioso. Simplemente debes ser consciente de las variables que hemos discutido en este artículo:
¿Qué rol tiene este activo en mi cartera?
¿Cuál es la probabilidad de que la cotización no se recupere nunca, o tarde décadas en hacerlo?
¿Con la cartera que tengo, podría permitirme que la cotización no se recuperara nunca?
Una vez hayas respondido a estas preguntas, vas a ser capaz de tomar la decisión óptima.
Por cierto, si lo piensas bien, cuando rebalanceamos nuestra cartera, en el fondo estamos promediando a la baja. Rebalancear significa que vendemos parte de nuestras posiciones ganadoras para comprar un poco más de nuestras posiciones perdedoras.
Esto suele hacerse con distintos tipos de activos. Si invertimos un 70% en acciones y un 30% en oro, y cada año hacemos las compras y ventas necesarias para dejar nuestra cartera en ese balance de 70:30, estaremos promediando a la baja (comprando más) en el activo cuyo peso en la cartera haya disminuido (por haber tenido peor rendimiento que el otro). Y no hay ningún problema en eso, porque se supone que sabemos qué rol cumplen esos activos en nuestra cartera.
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