Invertir en empresas que pagan dividendos, no es lo mismo que una estrategia Dividend Growth Investing.
En muchos círculos (blogs y foros de inversión), se habla de la estrategia de invertir en acciones que generan dividendos, esto está genial, ya que producen un flujo de efectivo que puede dedicarse a miles de cosas y parece una estrategia sencilla de seguir.
Sin embargo, en una estrategia Dividend Growth Investing, no vale cualquier empresa. Las empresas aptas para una estrategia de inversión en dividendo, con mayúsculas, debería contemplar sólo y exclusivamente, invertir en empresas con dividendos crecientes.
Hay pocas empresas españolas con dividendos crecientes, que encajen en una filosofía Dividend Growth. Quizás las acciones de Viscofan, las acciones de Enagas y alguna más.
La desventaja que tiene invertir en las acciones con mayor dividendo, sin tener en cuenta su sostenibilidad a futuro, es que la rentabilidad de nuestra cartera probablemente sea mucho más pobre que si invertimos en empresas con pago de dividendos crecientes, son acciones con mejores dividendos porque su negocio crece.
Contenido
Acciones con dividendos crecientes
Estas son las leyes o pilares sobre los que construir una cartera por dividendos.
Una empresa apta para invertir por dividendos, debería cumplir una serie de condicionantes:
La importancia de la deuda
Si queremos que las empresas en las que invirtamos, nos paguen dividendos durante mucho tiempo, y que además sean crecientes, tienen que poder hacerlo.
Cuando compramos empresas con una deuda excesiva, estamos hipotecando nuestro futuro beneficio.
Es práctica habitual en algunas empresas, utilizar la deuda para generar la falsa sensación de crecimiento, cuando en realidad lo único que crece es la deuda.
¿Cuanta deuda es razonable? Está claro que hay empresas y sectores que aguantan mucha más deuda, pero para saber si es razonable habría que comparar empresas del mismo sector.
Además tenemos una serie de ratios, que podemos utilizar para tener una visión objetiva del nivel de deuda de la empresa analizada.
Beneficios crecientes
Es obvio, si queremos cobrar más dividendos en el futuro, los beneficios de la empresa tienen que ir en ascenso.
No siempre vamos a tener un aumento lineal de los beneficios, todas las empresas pasan por sus baches, pero no es ninguna tontería estar pendiente de esta partida.
Nos podemos encontrar con algunas empresas, que aumentan sus dividendos año a año, pero a costa de también aumentar el dinero del beneficio, que destinan al pago de dividendos, el payout.
Siempre se comenta, que lo ideal es elegir empresas con payouts bajos, que lo lógico es que estén alrededor del 50% de los beneficios.
Que el payout esté en cotas sostenibles, tiene dos lecturas, por un lado que la empresa puede pagar el dividendo en uno o varios años complicados, y segundo que queda dinero suficiente para seguir creciendo, de manera que tengamos asegurado un aumento de dividendos futuros.
Track Record
Tenemos claro que queremos empresas que repartan dividendos crecientes. No sabemos como será el futuro, por eso exigimos un nivel de deuda razonable o bajo, que los beneficios sean crecientes, y además que el payout también este contenido.
Esto es asegurar el futuro, pero ¿Y el pasado? Pues, en el pasado tenemos que exigir un track record que nos demuestre una empresa comprometida con el accionista.
La regla está en los 10 años. Si una empresa ha mantenido una rentabilidad por dividendo, creciente durante 10 años, es una empresa que está bien gestionada, esos negocios son los que nos interesan.
No pagar demasiado por el negocio
Esta medida es realmente controvertida. Por norma, no debemos pagar excesivamente por un negocio, por ejemplo un PER 15, que haciendo números (la cuenta de la vieja) es que amortizamos nuestra inversión en 15 años, estaría dentro de un precio razonable. (Como utilizar el PER)
Que ocurre con esta norma, que probablemente nos podamos dejar fuera una empresa que se esté valorando a un PER 20 o más, que podría ser interesante, por ser una empresa en crecimiento.
También tenemos empresas, que tradicionalmente se pagan a un PER alto. Para evaluar si estamos pagando mucho o poco por un negocio, lo ideal es evaluar su PER histórico.
Me remito al PER, por que es una magnitud fácil de encontrar y evaluar por la mayoría de inversores, otros inversores prefieren utilizar el valor de la empresa, entre el Ebit. Cualquier cociente por debajo de 8 sería optimo, por encima estaríamos pagando de mas.
La prueba del algodón, flujo de caja libre positivo
Como última recomendación, hay que evaluar si lo que nos dice la empresa que gana, es cierto o no.
Para saber que no nos están engañando, lo mejor es obtener el flujo de caja libre.
Simplificando, que es lo que buscamos en un primer análisis, deberíamos buscar el flujo de caja operativo, y restar los gastos de capital.
Estrategia DGI, conclusión
La estrategia Dividend Growth Investing es sencilla, casi espartana, sólo es necesario constancia y mano firme, para eliminar aquellas empresas que dejen de cumplir nuestras premisas.
Para seguir esta estrategia de inversión, obligatoriamente tenemos que adoptar una postura internacional, y mirando mucho a los EE.UU y al resto de Europa, sin tener miedo a la doble imposición fiscal, el tiempo nos dará la razón.
Tampoco es necesario que todos los valores sean Blue Chips, es más, esas acciones puede que hagan crecer sus dividendos, pero el negocio ya está demasiado maduro, una buena idea sería encontrar empresas fiables en un punto medio de crecimiento. (fuente:Compraraccionesdebolsa.com)
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